MANIFIESTO 8 de marzo, DÍA INTERNACIONAL DE LOS
DERECHOS DE LA MUJER, 2014
Estamos
en tiempos difíciles, más difíciles aún para las mujeres. Cuando los derechos
de todos se ven disminuidos, los de las mujeres corren aún más peligro. Según
la última encuesta del Eurostat, una de cada tres europeas ha sufrido violencia
machista, es decir, más de 62 millones de mujeres.
Este
momento es el más adecuado para echar la mirada atrás y recuperar el ejemplo de
aquellas primeras mujeres que lucharon por nuestros derechos, las sufragistas
inglesas, que lanzaron un grito de rebeldía contra una sociedad que relegaba a
la mujer a un papel pasivo supeditado a la voluntad masculina. No les importó
que las criticaran o las encarcelaran. No les importó que las señalaran con el
dedo. Ellas sabían que no podían conseguir nada sin lucha y así actuaron.
Tras
su ejemplo, el movimiento feminista se ha desarrollado como una vía clara para
aunar nuestras voces en la lucha por nuestros derechos. Un discurso claro,
coherente, desarrollado a lo largo de muchos años de lucha constante aunque aún
falte hacerlo extensivo para tener una voz lo suficientemente potente y
hacernos oír.
El
pensamiento reaccionario avanza en nuestra sociedad. Las mujeres volvemos a ser
animales de cría, privadas de la voluntad de decidir sobre nuestros cuerpos. Es
como si hubiéramos retrocedido muchos años atrás. Hoy día se nos ha vuelto a
privar de nuestra opinión sobre si queremos ser o no ser madres, hemos
regresado a la condición de úteros antes que personas. Para oponernos a ello
tenemos que alzar el muro de nuestra voz, un muro hecho de nuestras voces
unidas. No es algo que se pueda dejar para mañana, es hoy cuando necesitamos unir
nuestras fuerzas.
El
feminismo tiene una larga historia, a lo largo de la cual se le ha criticado y
acusado de muchas cosas. Sin embargo, no se recuerda que, gracias a su
existencia, disfrutamos de libertades que se han ganado a lo largo de una lucha
larga y penosa. Pertenecemos a una tradición de mujeres que han luchado para ser
personas en una sociedad en la que su valor siempre ha dependido de la función
que han desempeñado en ella como esclavas, madres, esposas u objetos de placer.
Ha servido para denunciar el maltrato que las mujeres han sufrido, y que como
decíamos al principio, aún está muy presente en nuestra sociedad, como este año
hemos comprobado con dureza en nuestras propias carnes, en las de Reme y María
de los Ángeles, en las cuatro mujeres muertas a manos de sus parejas en un solo
día, a dos vista de la conmemoración del 8 de marzo, Día Internacional por los
Derechos de las Mujeres y la Paz Internacional.
Primero
conseguimos el voto, luego la instrucción igualitaria, el acceso a los estudios
superiores, la participación en la vida política. Vamos conquistando aquellas
parcelas que nos han estado vedadas desde tiempos inmemoriales, poco a poco, en
todos los ámbitos y países, como demuestra el ejemplo de Malala Yousafzai y su
valiente lucha por la educación de la mujer en los países islámicos.
Por
eso hay que seguir luchando, hoy, todas juntas. Ven con nosotras, une tu voz a
la nuestra. Has de poner también tu esfuerzo, has de
luchar como lo hicieron nuestras pioneras, las que nos abrieron y nos abren el
camino con su sacrificio. También tenemos que hacerlo por nuestras víctimas,
que no olvidaremos.
A
todas las recordamos en este día dedicado a su memoria y a nuestra lucha.
Asociación Ventana Abierta
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