Lectura Manifiesto por Mª Jesús Sanchez
MANIFIESTO ASOCIACIÓN DE MUJERES VENTANA ABIERTA
Nos encontramos hoy aquí, día 25
de noviembre, para conmemorar un año más el día internacional dedicado a la Violencia
de Género. De nuevo para denunciar la violencia que se ejerce contra las
mujeres por el hecho de serlo, más allá de sus características sean las que
sean: raza, nacionalidad, posición social, edad… Es además una violencia con
uve mayúscula porque afecta a la mitad de la población mundial y porque se
ejerce desde múltiples instituciones y situaciones.
Violencia en la familia, contra
las madres, las hijas, física e institucional, no sólo porque se maltrata
física o psicológicamente, sino porque la familia es la justificación misma que
permite ejercer esa violencia sin límite, al considerarse que el marco familiar
tiene una cabeza masculina cuya importancia es mayor al resto, en especial,
insistimos, las mujeres. Violencia institucional que ha llegado al punto de
reconocer como parte del PIB actividades delictivas como la prostitución y el
tráfico de drogas y continúa negándose a reconocer el trabajo desempeñado en el
hogar en sus múltiples vertientes como actividad laboral y fuente de riqueza,
desde las labores cotidianas de mantenimiento hasta las de cuidadora de mayores
y pequeños, tareas desempeñadas principalmente por mujeres.
Violencia en la calle, contra
todas las mujeres por igual, porque no podemos salir sin que se nos amenace con
ser violadas, porque se nos empuja y persuade para que tomemos medidas de
protección como si fuéramos ciudadanas de segunda fila cuya libertad no merece
la pena preservar desde las instituciones, libertad a la que tenemos derecho como
los demás ciudadanos.
Violencia jurídica, porque no
somos iguales ante la ley. Nuestros derechos son negados en muchas zonas del
planeta, porque las leyes de los hombres así lo han decidido justificándolo
desde la religión, la tradición o invocando leyes naturales que no son tales.
No se nos margina o desprecia por ninguna otra cosa que por el hecho mismo de
ser mujeres. Y aquí, en nuestro propio país, tenemos que temer las leyes porque
pueden robarnos nuestro cuerpo y ponerlo al servicio de un útero anónimo,
independiente de la voluntad individual de la persona, cuya única función sea
proveer hijas e hijos que serán para siempre nuestra obligación exclusiva.
Estamos y nos sentimos indefensas ante una ley que hacen los hombres por y para
ellos, que nos desposee de la calidad de persona individual e independiente que
ellos se arrogan y a nosotras se nos niega. Una persona capaz de decidir sobre
su vida en libertad.
Violencia en los medios de
comunicación, que fieles esclavos de sus amos, nos cosifican en los anuncios,
nos venden como reclamo publicitario, nos convierten en un objeto más allá de
nuestra entidad como personas y ciudadanas con derecho a ser respetadas en
igualdad.
No sólo se nos maltrata
físicamente; se hace también de otras maneras. Y no hay deseo de concienciar a
la sociedad de que las cosas deben cambiar. Hay quienes se sienten muy a gusto
con esta situación y pretenden perpetuarla para siempre.
Ante esto, un Día Internacional
es un instrumento muy pobre. Pero hemos de luchar sin desmayo por conseguir que
la sociedad y todos sus individuos, hombres y mujeres, evolucionemos hacia un
mundo más igualitario, donde todos y todas seamos realmente libres más allá de
cuales sean nuestras características personales, incluyendo entre ellas el sexo
como una más. Porque el sexo no construye a la persona; nos construimos desde
el género que asumimos como parte de nuestra identidad y debemos, por tanto,
hacer que el género no se convierta en un condicionante negativo en nuestras
vidas.
Ojalá nuestras hijas hereden un
mundo mejor porque nuestra lucha haya sido eficaz. Ojalá nuestros hijos puedan
disfrutar de una sociedad en la que puedan ser ellos mismos sin pisotear a
otros. Ojalá un día la paz y la igualdad no necesiten días conmemorativos para
señalar su ausencia.
Unámonos todos y todas en este
deseo hasta que se convierta en realidad.
Lectura de poemas a cargo de Pilar Cámara
Grupo rociero Voces de la Sierra
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