jueves, 27 de noviembre de 2014

MANIFESTACIÓN 25 NOVIEMBRE 2014







Un año más, como cada 25 de noviembre, nos volvemos a concentrar para manifestar nuestro rechazo ante  la violencia hacia las mujeres.











La manifestación salio desde la fuente del Paseo Marcos Redondo para terminar en la puerta del Ayuntamiento, donde se dio lectura al manifiesto institucional por parte de la Concejala de Igualdad Paqui Fernández, a continuación Mª Jesús Sanchez leyó el manifiesto de la Asociación.
El acto continuo con la lectura de las mujeres asesinadas durante este año.
Pilar Cámara leyó tres poemas y terminamos con el grupo rociero Voces de la Sierra que interpretaron la canción "María se bebe las calles"
Terminamos con un minuto de silencio recordando a las mujeres asesinadas y apoyando a sus familias.
Presentación del acto


Paqui Fernández Concejala de Igualdad
Lectura Manifiesto por Mª Jesús Sanchez

MANIFIESTO ASOCIACIÓN DE MUJERES VENTANA ABIERTA

Nos encontramos hoy aquí, día 25 de noviembre, para conmemorar un año más el día internacional dedicado a la Violencia de Género. De nuevo para denunciar la violencia que se ejerce contra las mujeres por el hecho de serlo, más allá de sus características sean las que sean: raza, nacionalidad, posición social, edad… Es además una violencia con uve mayúscula porque afecta a la mitad de la población mundial y porque se ejerce desde múltiples instituciones y situaciones.
Violencia en la familia, contra las madres, las hijas, física e institucional, no sólo porque se maltrata física o psicológicamente, sino porque la familia es la justificación misma que permite ejercer esa violencia sin límite, al considerarse que el marco familiar tiene una cabeza masculina cuya importancia es mayor al resto, en especial, insistimos, las mujeres. Violencia institucional que ha llegado al punto de reconocer como parte del PIB actividades delictivas como la prostitución y el tráfico de drogas y continúa negándose a reconocer el trabajo desempeñado en el hogar en sus múltiples vertientes como actividad laboral y fuente de riqueza, desde las labores cotidianas de mantenimiento hasta las de cuidadora de mayores y pequeños, tareas desempeñadas principalmente por mujeres.
Violencia en la calle, contra todas las mujeres por igual, porque no podemos salir sin que se nos amenace con ser violadas, porque se nos empuja y persuade para que tomemos medidas de protección como si fuéramos ciudadanas de segunda fila cuya libertad no merece la pena preservar desde las instituciones, libertad a la que tenemos derecho como los demás ciudadanos.
Violencia jurídica, porque no somos iguales ante la ley. Nuestros derechos son negados en muchas zonas del planeta, porque las leyes de los hombres así lo han decidido justificándolo desde la religión, la tradición o invocando leyes naturales que no son tales. No se nos margina o desprecia por ninguna otra cosa que por el hecho mismo de ser mujeres. Y aquí, en nuestro propio país, tenemos que temer las leyes porque pueden robarnos nuestro cuerpo y ponerlo al servicio de un útero anónimo, independiente de la voluntad individual de la persona, cuya única función sea proveer hijas e hijos que serán para siempre nuestra obligación exclusiva. Estamos y nos sentimos indefensas ante una ley que hacen los hombres por y para ellos, que nos desposee de la calidad de persona individual e independiente que ellos se arrogan y a nosotras se nos niega. Una persona capaz de decidir sobre su vida en libertad.
Violencia en los medios de comunicación, que fieles esclavos de sus amos, nos cosifican en los anuncios, nos venden como reclamo publicitario, nos convierten en un objeto más allá de nuestra entidad como personas y ciudadanas con derecho a ser respetadas en igualdad.
No sólo se nos maltrata físicamente; se hace también de otras maneras. Y no hay deseo de concienciar a la sociedad de que las cosas deben cambiar. Hay quienes se sienten muy a gusto con esta situación y pretenden perpetuarla para siempre.
Ante esto, un Día Internacional es un instrumento muy pobre. Pero hemos de luchar sin desmayo por conseguir que la sociedad y todos sus individuos, hombres y mujeres, evolucionemos hacia un mundo más igualitario, donde todos y todas seamos realmente libres más allá de cuales sean nuestras características personales, incluyendo entre ellas el sexo como una más. Porque el sexo no construye a la persona; nos construimos desde el género que asumimos como parte de nuestra identidad y debemos, por tanto, hacer que el género no se convierta en un condicionante negativo en nuestras vidas.
Ojalá nuestras hijas hereden un mundo mejor porque nuestra lucha haya sido eficaz. Ojalá nuestros hijos puedan disfrutar de una sociedad en la que puedan ser ellos mismos sin pisotear a otros. Ojalá un día la paz y la igualdad no necesiten días conmemorativos para señalar su ausencia.
Unámonos todos y todas en este deseo hasta que se convierta en realidad.


       
      
Lectura de poemas a cargo de Pilar Cámara

Grupo rociero Voces de la Sierra













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