El aborto es un derecho que debe tener toda
mujer que decida o quiera ejercerlo. El aborto es un derecho completo y no una
simple tolerancia con condiciones, pues toda mujer debe de ser capaz de tomar
sus propias decisiones sobre su cuerpo y su salud. Bajo esta premisa, Ventana
Abierta, entiende que el anuncio por
parte del gobierno de reformar la actual Ley Orgánica 2/2010 de Salud Sexual y
Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo, es un despropósito
por varias razones
Entre
las más contundentes están:
El anteproyecto de ley hace que el aborto sea un drama social y un problema de salud
pública.
Quienes defendemos el aborto voluntario somos las primeras en defender la educación
sexual libre de estereotipos sexistas, los anticonceptivos, la información
accesible para poder abortar en las primeras semanas, en definitiva, somos las
primeras en defender la prevención de los embarazos no deseados, porque ese es
el problema, y el aborto es un recurso ante el problema del embarazo no
deseado. Cuando hay información y educación afectivo/sexual disminuyen estos.
Las mujeres con más años de educación
formal y/o perteneciente a clases sociales de mayor poder adquisitivo tienen
menos embarazos no deseados
El aborto "nunca es un acto banal" sino
"una decisión dolorosa”, es un drama que afecta más al sector más débil de
la sociedad, al sector que de por sí tiene menos perspectivas de vida, peor
calidad de vida y menor salud. El aborto voluntario es un drama social y un
problema de salud pública, pues llevaría sin lugar a dudas al aumento de la
mortalidad materna por el incremento del aborto voluntario clandestino.
Los representantes políticos de las clases media-altas
no se preocupan del embarazo no deseado ni del aborto voluntario, pues todo
ello les sucede poco a sus votantes, tienen más recursos económicos para saltarse el posible
anteproyecto.
El
anteproyecto de ley hará que se ejerza violencia institucional sobre la mujer, y conllevará el
incremento de niños con alteraciones congénitas
Una despenalización parcial del aborto aplicable solo
a unos supuestos supone otorgar a los jueces la capacidad de decisión, de
interpretación sobre si la causa que alega la mujer entra en los supuestos
despenalizados, y sobre su veracidad. Supone considerar lo que es un derecho
como un delito (es delito siempre, excepto cuando los jueces aceptan que la
situación entra en unos pocos supuestos reconocidos), con la consideración
social que eso supone y de culpabilización de las mujeres. Además mientras esté
tipificado como delito en el Código Penal se mantendrá la inseguridad jurídica
de las mujeres y profesionales sanitarios. Por otra parte, En
estos tiempos de ofensiva ideológica ultraconservadora la penalización del
aborto como arma represiva y elemento coercitivo para las mujeres se pretende
intensificar de nuevo.
La restricción
al aborto voluntario conlleva una posición de superioridad moral por parte de
los políticos que la implantan (“el
embarazo no deseado es prueba de mala vida” y “nosotros sabemos lo que es bueno
para las mujeres con embarazados no deseados”) que se traspasa a los
clínicos, de forma que al drama de abortar se suma el drama de la “violencia
institucional”, que se ejerce contra las mujeres que llegan a urgencias y/o
ingresan por las consecuencias de los abortos clandestinos
El embarazo no
deseado no es una enfermedad mental y precisar un aborto voluntario no equivale
a estar loca, por tanto, el aborto no es
una enfermedad mental ni los psiquiatras lo son para destrabar “pecados”
que no lo son convertidos en delitos.
Con las restricciones al aborto voluntario dará igual la edad de la mujer embarazada, pues sean 20, 25, 30, 35, 40, 45 ó 50 años, las malformaciones del embrión-feto no son causa legal de aborto; como las malformaciones cromosómicas aumentan con la edad y en España la edad de los embarazos no hace más que incrementarse, es de esperar que las restricciones al aborto voluntario conllevarán el nacimiento de más niños con síndrome de Down y otras anomalías congénitas que hasta ahora acaban en aborto voluntario (los abortos voluntarios por anomalías congénitas pasaron en Francia del 9% en 1983 al 36% en 2007, tanto por el aumento de la edad de los embarazos como por el aumento de las pruebas prenatales).
Desde Ventana Abierta opinamos que:
Las causas que
puede tener una mujer para abortar pueden ser múltiples: pueden tener que ver
con riesgos para su salud, con posibles malformaciones fetales, con su
situación económica, con un cambio en sus condiciones de vida o en sus
relaciones afectivas… En definitiva, con causas que inciden de forma
determinante en su bienestar y proyecto de vida. Y en todas estas
circunstancias es a la mujer a quien corresponde decidir.
Por eso:
- El
derecho al aborto no puede estar penalizado, ni directa, ni
indirectamente.
- El aborto es un tema también de salud, es una
prestación sanitaria que debe de estar normalizada en el Sistema Público
de Salud, ya que esta es la única forma de que se garantice el carácter
universal del derecho. Son las
Comunidades Autónomas las que tienen autoridad para lograr que el aborto
voluntario se haga en instituciones públicas, pero renuncian a lograrlo y
callan (y toleran abusivas “objeciones de conciencia”).
La imagen que suele acompañar las informaciones sobre el aborto voluntario lo equipara a intervención quirúrgica mayor, y a quirófano y a anestesia.
El aborto voluntario es algo íntimo y personal en el 98% de los casos, realizable en casa, con la atención por el médico de cabecera como sucede en algunos países. - Que quitar la
capacidad de decisión a las mujeres supone expropiar y quitarles su voz
sobre su propio cuerpo. La cuestión de restringir el derecho a decidir
está más relacionada con el control sobre las mujeres que con cualquier
otro argumento sobre el propio embarazo.
- Por
último, las convicciones morales y religiosas propias, como su nombre
indica, son propias e individuales y, no son fundamento de una ley común.
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