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Ante los recortes salariales, sociales y
laborales, el desmantelamiento de los servicios públicos, el rescate bancario
con fondos públicos y el resto de políticas neoliberales, resulta necesario
hacer un llamamiento a todas aquellas personas que sufren la crisis en su día a
día, al 99%, a parar el Régimen el próximo 23 de febrero.
Las razones para salir a la calle son
más claras y contundentes que nunca. La Unión Europea se encuentra en manos de
los bancos y grandes empresas europeas, que están imponiendo políticas
económicas y sociales favorables a sus intereses: bajadas generalizadas de
salarios para ganar “competitividad”; pérdida de derechos laborales para facilitar
el despido y la precariedad; desmantelamiento de los servicios públicos para
crear nuevos “nichos“ de negocio para el capital; conversión de la deuda de los
bancos en deuda pública a costa del gasto social y público; retorno de las
mujeres al trabajo de cuidados no remunerado y al hogar; recortes en los
derechos democráticos e incremento de la represión policial... No podremos
soportar por mucho tiempo que una de cada cuatro personas no tenga trabajo, que
más de la mitad de la juventud permanezca sin empleo y, por tanto, sin poder
tener un proyecto de vida; y que en más de 1.700.000 hogares todos sus miembros
estén en paro. No es posible seguir admitiendo el desahucio de quienes no
pueden pagar su hipoteca, ni que más del 20 % de la población viva ya bajo el
umbral de la pobreza, con una acelerada feminización de la misma.
Los recortes golpean a todos los
sectores populares de la sociedad: el copago sanitario, los tijeretazos en
servicios sociales, dependencia y educación, y también en las pensiones, la privatización
de los bienes y servicios públicos, la subida de impuestos como el IVA. Además,
la petición de un rescate que es inevitable y sus efectos: aumento de la deuda
pública, recorte brutal del gasto del Estado, cierre de empresas públicas,
despidos masivos en el sector público y reducción de la masa salarial en las
administraciones públicas, etc. Todo tiene un denominador común: no cargar la
crisis sobre sus responsables, sino sobre quienes no la han provocado.
Estas medidas son aplicadas por todos los
gobiernos de los estados europeos que más están sufriendo el yugo de la deuda.
Quebrar el discurso y la política neoliberal de la UE requiere unificar los
objetivos y la acción del conjunto de la clase trabajadora del continente por
una Europa de los pueblos: rechazar el pacto fiscal y la recapitalización
bancaria con fondos públicos; reclamar una auditoría ciudadana sobre la deuda y
negarse al pago de la que sea ilegítima; instaurar un sistema fiscal progresivo
que grave a las grandes fortunas, y combatir el fraude, la evasión de
capitales, la economía sumergida y la corrupción. Hemos de comenzar a construir
por abajo un frente sindical, social y político contra los recortes y la
austeridad que incorpore también las reivindicaciones fundamentales, como la
apertura de un nuevo proceso constituyente que ponga la economía al servicio de
la mayoría social, devolviendo la soberanía al Pueblo, donde se contemple el
derecho a decidir de las naciones del Estado español.
Por todo ello, necesitamos construir una
gran marea ciudadana que aglutine a la clase trabajadora, a estudiantes, a la
gente jubilada, parada, inmigrante, a la juventud trabajadora y a las amas de
casa de todas las ciudades del Estado español a participar activamente en las
manifestaciones que tendrán lugar el día 23 de febrero. Porque solo de esta
forma podremos empezar a frenar las políticas neoliberales que son un ataque
frontal contra el 99% de la sociedad.
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