martes, 12 de mayo de 2015

CONCENTRACIÓN 27 DE ABRIL 2015


Como cada último lunes de mes..., nos volvemos a concentrar para manifestar nuestro rechazo contra la violencia machista y para recordar a las  mujeres asesinadas en este mes.
En esta ocasión la encargada de leer el relato ha sido Silvia Pozuelo Jaut, del IES. "Los Pedroches", 2º ESO de Pozoblanco

                                      “APRENDE A DECIR NO”
            Isabel era una chica de 16 años. Llevaba ya 10 meses saliendo con su novio, Juan., un chico de 22 años que conoció un viernes por la tarde que salía con sus amigas. Al principio, todo era felicidad, besos, caricias y arrumacos. Pero, todo empezó a cambiar  justo cuando cumplieron 5 meses juntos.
            Era el día 14 de julio. Se cumplían 5 meses de que Juan le había pedido salir. Nunca podrá olvidar aquel 14 de febrero de 2013, cuando se le acercó con un ramo de rosas blancas y una nota que decía “Te quiero”.  Hoy le había dicho que tenía preparada una sorpresa para ella, y que se verían a las 7 en la calle mayor. Cuando llegó, él la estaba esperando. Bajaron la calle, y, él le dijo:
-¿Me dejas tu móvil?, será solo un segundo.
-¿Y para que lo quieres?-contestó Isabel.
-Que me lo des.
-No.
Silencio entre ambos. A Isabel no le importaba dejarle el móvil, tampoco tenía nada que esconder pero le resultaba raro que no le hubiera dicho por qué lo quería. Isabel, sintiéndose mal por lo de antes, le dijo:
-Bueno, toma.
-OK.
Juan cogió el teléfono y empezó a mirar todas y cada una de las conversaciones de Isabel con chicos, y todas las llamadas. En esto, se sentaron en un banco del parque.
-Juan, ¿qué haces?, ¿por qué miras todo esto?
-¿Quién es ese José?
-Un amigo, pero, ¿Por qué miras esto? Contéstame.
-No me voy a creer tus tonterías más. Toma el móvil. Me voy a casa.
Y se fue dejando allí plantada a Isabel, mientras a esta se le empezaban a saltar las lágrimas. Era viernes.
A la mañana siguiente, Juan llamó a Isabel, y le pidió perdón, diciendo que se había precipitado, Isabel, aceptó sus disculpas. Parecía que todo sería como antes. Antes de colgar, Juan le dijo:
-Esta noche arréglate, nos vamos de fiesta. Quiero recompensarte lo de ayer. Te recojo a las 10.            
-Vale. Nos vemos.
Isabel, aunque extrañada por la actitud del día anterior de Juan, pensó que tenía un mal día, y empezó a prepararse para la noche. Pensó en ponerse su falda azul  y su blusa blanca. Siempre le habían encantado. Cuando Juan pasó a recogerla, le dijo:
-¿Se puede saber dónde vas? Bájate esa falda, guarra.
Isabel comenzó a llorar. No se lo podía creer. Aún así, se tragó su orgullo, se bajó la falda y se fue a la fiesta con él.
En el coche, él le dijo:
-Perdóname, llevo unos pocos días estresado y la pago contigo, perdón.
Isabel se quedó callada. No le parecía normal. Juan no era así. Por fin, llegaron a la fiesta. A Isabel, no le gustaba beber, y Juan, tampoco era de esos que bebían hasta emborracharse. Sin embargo, esa noche él empezó a beber, a beber mucho. Isabel, que se estaba dando cuenta de que Juan ya no estaba en condiciones, le dijo:
-Vámonos. Estás bebiendo mucho.
-¿Que nos vayamos? Anda y cállate, y te he dicho ya  que te bajes la falda.
-Sí Juan, vámonos. Tú no eres así.
- Que te calles. – Y en la soledad y la oscuridad de los aparcamientos de la fiesta, le soltó una bofetada y después otra, y otra, hasta que Isabel perdió el conocimiento.
Después  de esto, se volvieron a repetir las escenas de Juan pidiéndole perdón, las fiestas en las que Juan bebía demasiado y acababa pegándole, etc. Cuando pasaron ya 3 meses con esta situación, Isabel no podía soportarlo más. Quería contárselo a alguien, pero, ¿y si Juan se enteraba y le volvía a pegar? Siempre acababa descartando esa opción. Ni siquiera su mejor amiga sabía de las palizas, aunque había cardenales y heridas que ya no podía tapar con maquillaje.
Hasta que, una vez en la que Juan le dio una paliza que nunca olvidaría, se fue a su casa llorando, y le contó todo a su madre, que rompió a llorar con ella. Isabel no quería denunciar, siempre había creído que Juan no era así y que al día siguiente se le pasaría, y volvería a ser aquel chico de los arrumacos, las rosas blancas y las sorpresas, pero, pasaban los días y Juan no cambiaba. Así, que Isabel decidió denunciar el 20 de agosto de 2014.

Esta experiencia  cambió la personalidad de Isabel, que aunque no creía que denunciar fuera la mejor idea, al pasar el tiempo se dio cuenta de que era la mejor decisión que había tomado en su vida, se sintió liberada de aquella presión que había sentido durante tanto tiempo, y, sin duda se dio cuenta de que pedir ayuda fue lo mejor que había hecho.




Relación de víctimas desde el último pleno:

30 de marzo, Mónica Pérez García  de 24 años en Lleida.
30 de marzo, mujer de 37 años y dos niños de 4 años  y seis semanas, todos ellos de nacionalidad española, en Gibraltar.
30 de marzo, mujer de 31 años en Alhaurín de la Torre (Málaga).
02 de abril, mujer de 29 años en Vitoria.

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